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Paisajes salvajes y pueblos costeros de las Islas Feroe: cascadas, acantilados, arquitectura tradicional

En las Islas Feroe, la naturaleza muestra toda su fuerza. Cascadas caen directamente al océano, acantilados suben empinados hacia el cielo y lagos se esconden en las alturas de las montañas. Por todas partes, el agua y la roca forman el paisaje. El lago Sørvágsvatn sorprende por su lugar entre cielo y mar, mientras que las rocas de Drangarnir emergen del agua como guardianes. Estas islas del Atlántico Norte mantienen un aspecto áspero y salvaje. En los pueblos costeros, las casas tradicionales se reconocen por sus techos cubiertos de hierba que se ponen verdes en la primavera. Torshavn, la capital, vive del puerto y el comercio marítimo. Pueblos pequeños como Bøur, Saksun y Sandavágur parecen detener el tiempo, con iglesias antiguas y puertos naturales donde la gente baja hasta el agua. Mykines, una isla alejada, ofrece una experiencia aún más aislada, lejos del ruido del mundo. La mejor manera de explorar el país es caminando. Senderos serpentean entre pueblos y cumbres. Llevan a miradores donde se ven los fiordos que se adentran en la tierra y las montañas que caen al mar. Cada paso muestra una faceta de estas islas donde reina la naturaleza.

Cascada de Gásadalur

Gásadalur, Islas Feroe

Cascada de Gásadalur

La cascada de Gásadalur es un espectáculo natural notable donde el agua cae 60 metros desde las montañas y se vierte directamente en el océano Atlántico. Esta cascada se sitúa en los acantilados escarpados de las Islas Feroe y muestra la fuerza bruta del paisaje del Atlántico norte que define a este grupo de islas. La cascada revela cómo el agua y la roca moldean continuamente el terreno de este grupo de islas salvajes.

Lago Sorvagsvatn

Vágar, Islas Feroe

Lago Sorvagsvatn

El lago Sorvagsvatn se encuentra en la isla de Vágar como un cuerpo de agua dulce situado a unos 30 metros sobre el nivel del mar. Desde ciertos ángulos de vista, este lago crea una ilusión óptica donde el agua parece fluir directamente hacia el océano, aunque una diferencia de altura invisible las separa. El lago se extiende varios kilómetros a través del paisaje y es uno de los lugares más comentados de estas islas del Atlántico Norte, atrayendo a visitantes que vienen a experimentar este efecto visual desconcertante y presenciar la fuerza bruta de la naturaleza de las Islas Feroe. La experiencia de estar aquí y ver el encuentro de dos cuerpos de agua a diferentes alturas permanece en la memoria de los viajeros mucho después de partir.

Tórshavn

Streymoy, Islas Feroe

Tórshavn

Tórshavn es la capital de las Islas Feroe y se encuentra en la isla de Streymoy. Esta ciudad portuaria es el centro administrativo y económico del archipiélago, donde la pesca sigue siendo fundamental. Las casas con techos cubiertos de hierba caracterizan el paisaje urbano. En el puerto, los barcos pesqueros entran y salen constantemente. Recorrer Tórshavn permite observar cómo la vida de los habitantes gira alrededor del mar y cómo mantienen viva la tradición. La ciudad muestra la combinación entre la arquitectura tradicional feroe y la vida moderna.

Pueblo de Saksun

Streymoy, Islas Feroe

Pueblo de Saksun

El pueblo de Saksun se encuentra en la isla de Streymoy, centrado en una iglesia blanca del siglo XII. Alrededor de 14 habitantes viven aquí, rodeados por una laguna natural formada por el océano Atlántico. Este asentamiento refleja el carácter de las Islas Feroe: pueblos pequeños y aislados con casas tradicionales de techos cubiertos de hierba. Desde aquí, senderos a pie conducen a acantilados y fiordos que se adentran en la tierra. Las casas están cerca del agua, mostrando cómo los habitantes siempre han vivido junto al mar. La vida se mueve lentamente en este lugar, y el paisaje domina todo a su alrededor.

Acantilados de Trælanipa

Vágar, Islas Feroe

Acantilados de Trælanipa

Los acantilados de Trælanipa se alzan unos 142 metros en la costa occidental de Vágar. Debajo hay un lago, y más allá se extiende el océano Atlántico. Estos acantilados muestran la fuerza bruta de la naturaleza en las Islas Feroe. De pie aquí, miras hacia abajo sobre una vasta extensión de agua y sientes la magnitud de estas islas del Atlántico Norte.

Pueblo de Bøur

Vágar, Islas Feroe

Pueblo de Bøur

Bøur es un pequeño pueblo de pescadores en la isla de Vágar que muestra cómo han vivido las personas en las Islas Feroe durante generaciones. Las casas tienen tejados cubiertos de hierba que se vuelven verdes en primavera, y hay pequeños edificios de madera negra cerca. El pueblo está situado en un puerto natural donde los residentes pueden bajar directamente al agua. Desde aquí se puede ver la isla de Tindhólmur al otro lado de la bahía. Los senderos de senderismo conducen desde Bøur a puntos de vista sobre los fiordos y las montañas.

Puente Ásmundarstakkur

Sandoy, Islas Feroe

Puente Ásmundarstakkur

El puente Ásmundarstakkur en Sandoy es una pasarela de madera que serpentea a lo largo de los acantilados costeros, ofreciendo vistas directas de aves marinas y formaciones rocosas únicas. Este sendero demuestra cómo el agua y la piedra moldean el paisaje de las Islas Feroe, con caídas verticales hacia el océano Atlántico. El puente conecta al visitante con la naturaleza salvaje que define estas islas del norte.

Pueblo de Sandavágur

Vágar, Islas Feroe

Pueblo de Sandavágur

El pueblo de Sandavágur se encuentra en la costa de la isla de Vágar, rodeado de montañas escarpadas. La iglesia blanca construida en 1917 destaca en el paisaje, y casas de madera con techos de hierba se distribuyen por las laderas cercanas al agua. El puerto es el centro de la vida del pueblo, donde barcos de pesca amarran y el día transcurre al ritmo de las mareas. Caminos estrechos conectan las casas y descienden hasta la orilla, donde los habitantes han extraído su sustento del mar durante siglos. La montaña Trøllkonufingur se alza sobre el pueblo, ofreciendo un telón de fondo salvaje y memorable.

Isla Mykines

Mykines, Islas Feroe

Isla Mykines

La isla de Mykines se presenta como uno de los lugares más remotos de las Islas Feroe. Acantilados escarpados rodean la isla y caen bruscamente hacia el mar. De mayo a septiembre, grandes colonias de frailecillos anidan aquí, y los visitantes pueden observarlos en su hábitat natural. El camino hacia la isla cruza un puente o va en barco, y solo vive un puñado de personas aquí. El paisaje es bruto e inmediato, con hierba verde que cubre el suelo y es moldeado por vientos fuertes.

Roca Drangarnir

Vágar, Islas Feroe

Roca Drangarnir

Las rocas de Drangarnir se alzan frente a la isla de Vágar como dos pilares de piedra que se elevan unos 70 metros sobre el océano. Un arco natural conecta las dos torres en su base. Las olas rompen contra sus pies y los pájaros marinos vuelan alrededor de sus cimas. Se puede ver la formación desde la costa o acercarse en barco. El océano ha moldeado estas piedras durante miles de años, y siguen siendo una de las características más reconocibles de las Islas Feroe.

Pueblo de Tjørnuvík

Streymoy, Islas Feroe

Pueblo de Tjørnuvík

El pueblo de Tjørnuvík es una aldea pesquera en la isla de Streymoy con alrededor de veinte casas tradicionales cuyos tejados están cubiertos de hierba. Situado en un valle que se abre hacia el Atlántico Norte, este pueblo muestra cómo la gente ha vivido y trabajado en estas islas durante generaciones. Las casas se integran en el paisaje áspero, y desde aquí se ve la fuerza del mar y la conexión con la naturaleza que caracteriza a las Islas Feroe.

Cuevas Marinas

Islas Feroe, Dinamarca

Cuevas Marinas

Estas cavidades solo se alcanzan por mar, revelando la lucha constante entre las olas y la roca. El agua ha grabado hendiduras profundas en los acantilados de basalto, creando espacios que cambian con cada marea. Estas cuevas marinas muestran la fuerza bruta de la naturaleza en las costas de las Islas Feroe.

Dunnesdrangar

Islas Feroe

Dunnesdrangar

Los Dunnesdrangar son tres pilares de roca que se elevan bruscamente del mar en la costa de las Islas Feroe. Se formaron por erosión natural y son características notables de este paisaje del norte. Un sendero de montaña conduce a este lugar, ofreciendo vistas del océano e islas cercanas. La caminata es parte de las rutas de senderismo que atraviesan estas islas, donde la roca y el agua definen todo el paisaje.

Isla de Kalsoy

Kalsoy, Islas Feroe

Isla de Kalsoy

La isla de Kalsoy muestra la naturaleza cruda de las Islas Feroe. Cuatro pueblos de pescadores se extienden a lo largo de esta isla de 13 kilómetros, sus casas tradicionales con techos de hierba definen el paisaje. Un faro se alza sobre acantilados que caen hacia el mar. El ferry desde Klaksvík te lleva a la isla. Senderos conectan los pueblos y revelan vistas constantes de fiordos y montañas que se hunden en el océano. Esta isla encarna cómo vive la gente aquí: cerca del agua, unida al mar y a las estaciones.

Monte Sornfelli

Streymoy, Islas Feroe

Monte Sornfelli

El Monte Sornfelli se alza a 749 metros en la isla de Streymoy. Desde su cumbre se divisan la isla de Vagar y la costa occidental de Streymoy. Esta montaña forma parte del paisaje salvaje de las Islas Feroe, donde los picos caen abruptamente al mar y el agua y la roca moldean estas tierras. El ascenso atraviesa un terreno marcado por el viento y el clima. En la cima, aprecia lo que estas islas del norte son en realidad: pendientes escarpadas, aguas oscuras y la belleza bruta del Atlántico.

Carretera Norðadalsskarð

Islas Feroe, Dinamarca

Carretera Norðadalsskarð

La ruta de Norðadalsskarð es una carretera de montaña que conecta los pueblos de Norðadalur y Syðradalur. Pasa por un paisaje formado por fiordos y valles. En el camino se abren vistas al agua que se adentra profundamente entre las montañas y a la naturaleza bruta de las Islas Feroe. Esta ruta muestra cómo la geografía del Atlántico Norte moldea estas islas, donde el agua y la roca forman la tierra.

Isla Sandoy

Sandoy, Islas Feroe

Isla Sandoy

Sandoy es una de las islas más grandes de las Islas Feroe, caracterizada por sus acantilados escarpados, prados verdes y varios pueblos donde los habitantes viven de la pesca y la agricultura. Esta isla muestra la vida en las Feroe en su forma más auténtica, donde la gente permanece profundamente conectada con el mar y la tierra. Los pueblos de Sandoy cuentan con casas tradicionales de techos cubiertos de hierba que se adaptan al paisaje ondulante. Quienes visitan Sandoy experimentan una isla donde la naturaleza domina y la vida cotidiana sigue el ritmo de las mareas y las estaciones.

Trøllkonufingur

Vágar, Islas Feroe

Trøllkonufingur

Trøllkonufingur es una columna de roca natural que se eleva bruscamente desde el océano Atlántico en la costa sur de Vágar. Este dedo de piedra se alza unos 313 metros hacia el cielo y representa la fuerza de la erosión durante miles de años. Las olas y el clima han tallado y moldeado lentamente esta columna, dejándola de pie sola en el mar. Los excursionistas de pueblos cercanos como Bøur y Saksun pueden acercarse a esta formación y verla desde varios ángulos. El océano golpea su base con furia, pero el pilar permanece firme. Muestra las fuerzas geológicas que crearon las Islas Feroe y demuestra la potencia y lo salvaje de la naturaleza en esta ubicación del Atlántico Norte.

Cascadas Borgarin

Kalsoy, Islas Feroe

Cascadas Borgarin

Estas cataratas en Kalsoy muestran la fuerza bruta del paisaje de las Islas Feroe. El agua cae 50 metros directamente al océano, creando un espectáculo donde la montaña se encuentra con el mar. Cerca del faro de Kallur, las Chutes de Borgarin se sitúan en un lugar donde la naturaleza demuestra su poder. La neblina del agua que cae y el sonido de la cascada llenan el aire de energía.

Pueblo de Funningur

Eysturoy, Islas Faroe

Pueblo de Funningur

Funningur es un pueblo de pescadores en la costa oriental de Eysturoy, fundado en 1840 y rodeado de montañas. Las casas tradicionales con tejados de pasto se aferran a las laderas empinadas, mostrando cómo los habitantes de las Islas Feroe han vivido durante siglos junto al mar y la naturaleza agreste. El pueblo mira hacia el agua, donde los pescadores amarran sus barcas. Senderos desde Funningur conducen a las cimas cercanas y a lo largo de la costa, revelando la fuerza del Atlántico. Cada construcción y calle refleja cómo la comunidad se adaptó a este entorno remoto del norte.

Faro de Kallur

Kalsoy, Islas Feroe

Faro de Kallur

El faro de Kallur se alza en los acantilados septentrionales de Kalsoy a una altura de 300 metros y es un importante punto de referencia para la navegación en la región. El sendero asciende sobre laderas verdes cubiertas de hierba, con vistas que se abren en casi cada curva. Desde la cima se puede ver muy lejos hacia el mar mientras las olas se estrellan contra los acantilados rocosos bajo el faro. La caminata es popular entre los visitantes que buscan experimentar la fuerza bruta de la naturaleza en este lugar expuesto y ventoso.

Vestmanna

Streymoy, Islas Féroe

Vestmanna

Vestmanna es un puerto pesquero en la isla de Streymoy con alrededor de 1200 habitantes. Desde aquí salen las excursiones en barco hacia los acantilados y cuevas de la costa occidental. Este lugar representa la vida marítima de las Islas Féroe y ofrece acceso directo a las formaciones costeras que definen estas islas. Los barcos zarpan de aquí para llevar a los visitantes a los farallones rocosos y las cuevas ocultas que se abren en la salvaje costa atlántica.

Pueblo de Gjógv

Eysturoy, Islas Feroe

Pueblo de Gjógv

Gjógv es un pequeño pueblo de pescadores en Eysturoy con unos 50 habitantes. Su característica más notable es el puerto natural ubicado en una grieta rocosa entre acantilados. Las casas del pueblo con techos de césped se agrupan alrededor de esta hendidura natural. Este lugar muestra cómo viven los isleños färoes: de la pesca, en armonía con la geografía difícil del terreno. Las personas descienden hasta el agua siguiendo caminos estrechos entre las rocas. En este pueblo se puede observar la vida cotidiana de la comunidad y su conexión profunda con el mar.

Roca Tindholmur

Vágar, Islas Faroe

Roca Tindholmur

La roca Tindholmur es una isla deshabitada frente a las costas de Vágar que se eleva 262 metros desde el mar. Sus cinco formaciones rocosas verticales se alzan como centinelas en el cielo y definen el paisaje de esta parte de las Islas Feroe. Desde el pueblo de Bøur, los visitantes pueden ver esta forma característica claramente en el horizonte. La roca muestra la fuerza bruta de la naturaleza que modela estas islas del norte. Los senderistas y fotógrafos vienen a experimentar este escenario costero dramático.

Cascadas Bøsdalafossur

Vágar, Islas Feroe

Cascadas Bøsdalafossur

La cascada de Bøsdalafossur en la isla de Vágar es un fenómeno natural donde el agua del lago Sorvagsvatn se vierte directamente sobre un acantilado rocoso hacia el océano Atlántico. Este lugar representa la fuerza bruta de las Islas Feroe, donde el agua y la piedra moldean el paisaje. La cascada, de aproximadamente 30 metros de altura, muestra cómo la naturaleza aquí sigue sus propias reglas y crea una de las vistas más memorables de estas islas del Atlántico Norte.

Isla Suðuroy

Suðuroy, Islas Feroe

Isla Suðuroy

Esta isla más meridional del archipiélago es conocida por sus acantilados de basalto negro y sus pueblos pesqueros. Suðuroy se encuentra al sur de las otras islas y se accede en ferry desde Tórshavn. La isla muestra el paisaje agreste de las Islas Feroe con acantilados costeros escarpados que caen directamente al mar y pequeños asentamientos donde la vida diaria gira en torno a la pesca. Los visitantes encontrarán senderos que serpentean entre pueblos y ofrecen vistas de fiordos y terreno montañoso.

Rituskor

Suðuroy, Islas Feroe

Rituskor

Rituskor en Suðuroy es una formación rocosa natural con un sendero que atraviesa un brazo de mar hasta la roca Ásmundarstakkur. Desde aquí se ve el océano en toda su magnitud y se comprende cómo la naturaleza ha moldeado estas islas a lo largo de los siglos. El camino recorre piedra y hierba, con vistas amplias hacia el Atlántico norte. Este lugar muestra la belleza simple pero contundente de las Islas Feroe, donde el agua y la roca dominan el paisaje.

Mirador Klakkur

Klaksvik, Islas Feroe

Mirador Klakkur

El mirador de Klakkur se encuentra en la cima de una montaña a la que se accede por un sendero marcado desde el aparcamiento. Desde la cumbre, se contempla el fiordo de Klaksvik y las islas circundantes. El ascenso atraviesa el paisaje bruto de las Islas Feroe, donde la roca y la hierba moldean el terreno. Arriba, la vista se abre hacia el mar y las montañas que caen hacia el agua. En días despejados, puedes ver lejos a través del grupo de islas y comprender por qué este lugar parece tan salvaje y apartado.

Cascada Fossa

Streymoy, Islas Feroe

Cascada Fossa

La cascada de Fossa en Streymoy presenta tres corrientes de agua que se despeñan 140 metros por acantilados rocosos antes de desembocar directamente en el océano Atlántico Norte. Esta cascada forma parte del paisaje salvaje de las Islas Feroe, donde el agua y la roca modelan el territorio. Desde diferentes ángulos, la cascada ofrece vistas variadas del paisaje costero abrupto. La cascada es más poderosa durante el tiempo húmedo, cuando las masas de agua caen con mayor fuerza. El sitio es fácilmente accesible a pie y se cuenta entre los destinos de senderismo más gratificantes de las islas.

Pueblo de Mikladalur

Kalsoy, Islas Feroe

Pueblo de Mikladalur

El pueblo de Mikladalur se encuentra en la costa de Kalsoy con la arquitectura típica de las Islas Feroe: casas con techos de hierba que verdecen en primavera. Una iglesia moderna se alza entre las viviendas tradicionales del pueblo. Una estatua de bronce de una mujer-foca, inspirada en leyendas locales, marca el lugar. Como en muchos pueblos de las Islas Feroe, la vida aquí sigue estrechamente vinculada al mar.

Punto de vista Hvíthamar

Eysturoy, Islas Feroe

Punto de vista Hvíthamar

El mirador Hvíthamar se encuentra en la isla de Eysturoy y ofrece amplias vistas sobre el pueblo de Funningur, su fiordo y las montañas cubiertas de hierba. Desde esta altura se ve cómo las Islas Feroe están formadas por pendientes pronunciadas y aguas profundas. El lugar muestra la fuerza bruta de estas islas del norte, donde el agua y la roca han moldeado todo el paisaje.

Campo de fútbol de Eidi

Eysturoy, Islas Feroe

Campo de fútbol de Eidi

El campo de fútbol de Eidi, situado en Eysturoy, se ha transformado en un espacio de camping. Se encuentra entre el océano abierto y un lago de agua dulce, con montañas que se alzan al fondo. Este antiguo campo de juegos muestra cómo los habitantes locales aprovechan su tierra, creando lugares donde los visitantes pueden estar cerca de la naturaleza cruda de las islas Feroe. Desde aquí se contempla el agua y las formaciones rocosas que definen el archipiélago.

Pueblo de Húsar

Kalsoy, Islas Feroe

Pueblo de Húsar

El pueblo de Húsar se encuentra en la costa oriental de Kalsoy y ha sido un asentamiento de pescadores desde el siglo 14. Las casas de colores con tejados de césped se agrupan juntas, como es típico en las Islas Feroe. La iglesia de madera negra construida en 1920 destaca por sus asas de puerta talladas con forma de ballena, un detalle que refleja cómo el mar modela profundamente la vida aquí. El puerto se sitúa justo frente a las casas, y todavía puedes ver a los pescadores usando sus botes para llegar al agua. Húsar parece un lugar donde el tiempo se mueve lentamente.

Estatua de la Mujer Foca

Mikladalur, Islas Feroe

Estatua de la Mujer Foca

Esta estatua de bronce en Mikladalur representa a una mujer en forma de foca y cuenta una historia antigua del folclore de las Islas Feroe. La estatua fue instalada en 2014 y mide aproximadamente 2,6 metros de alto. Se encuentra en un pequeño pueblo costero y recuerda las leyendas que las personas aquí han transmitido durante generaciones. La figura mira hacia el mar, como si esperara una transformación. Esta estatua une la naturaleza bruta de estas islas con las historias que viven y se cuentan aquí.

Iglesia de Funningur

Funningur, Islas Feroe

Iglesia de Funningur

La iglesia de Funningur se encuentra en uno de esos pueblos tradicionales de las Islas Feroe, donde la vida sigue ligada al mar. Construida en madera en 1847, destaca de inmediato por su techo verde de hierba que se vuelve frondoso en primavera. El campanario se alza en el lado oeste, dominando las casas bajas que la rodean. Esta iglesia muestra cómo las Islas Feroe han mantenido viva su historia - no encerrada en museos, sino en edificios donde la gente aún reza y se reúne.

Pueblo de Syðradalur

Kalsoy, Islas Feroe

Pueblo de Syðradalur

El pueblo de Syðradalur se encuentra en la costa occidental de Kalsoy y es un pequeño pueblo de pescadores con unos 15 habitantes. Una iglesia de madera construida en 1952 marca el carácter del lugar. El puerto ofrece refugio a los barcos locales y es el corazón de la vida cotidiana. Como otros pueblos pequeños en las Islas Feroe, Syðradalur cuenta con casas tradicionales de techos cubiertos de césped. El pueblo se sitúa apartado de las rutas principales y conserva el ritmo tranquilo de vida típico de las comunidades feroesas más pequeñas.

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