Oaxaca reúne complejos de templos prehispánicos, monasterios coloniales y pueblos donde aún se elaboran artesanías tradicionales. En Monte Albán y Mitla se encuentran construcciones edificadas siglos antes de la llegada de los españoles. La región se extiende desde paisajes montañosos en el norte hasta zonas costeras con lagunas y playas en el sur. La variedad natural abarca desde cascadas como La Reforma hasta los manantiales petrificados de Hierve el Agua. En pueblos como Teotitlán del Valle, las familias tejen alfombras con técnicas transmitidas durante generaciones. San Martín Tilcajete es conocido por sus tallas en madera. En la costa, lugares como Mazunte y Puerto Escondido ofrecen acceso al Pacífico. Iglesias coloniales como Santo Domingo Yanhuitlán y la capilla de Ocotlán muestran arquitectura de los siglos dieciséis y diecisiete.
Los manantiales minerales de Hierve el Agua fluyen sobre formaciones de piedra caliza creando albercas naturales. El agua ha formado cascadas blancas calcificadas durante siglos que parecen cataratas congeladas. Los visitantes pueden bañarse en las albercas mientras contemplan el valle de Oaxaca. Este sitio se encuentra en la Sierra Norte a unos 1800 metros de altura. Comunidades zapotecas tradicionales de los alrededores administran este lugar. Senderos conducen a las formaciones donde se pueden observar los depósitos minerales de cerca.
Este pueblo de montaña cerca de las ruinas de Monte Albán es conocido por sus mantas y alfombras de lana tejidas a mano. Los habitantes tiñen la lana con colores naturales de insectos, plantas y minerales. En los talleres se puede observar a los tejedores trabajar en telares tradicionales de madera. El pueblo consta de calles estrechas empedradas y casas sencillas con patios donde las familias realizan su trabajo.
Esta cueva desciende hasta una profundidad de 1484 metros y forma parte de los sistemas de cavernas más profundos de Norteamérica. Ríos subterráneos atraviesan cámaras de piedra caliza que se han formado durante millones de años. Los pasajes conducen por corredores estrechos y salas amplias donde el agua sigue moldeando la roca. El acceso requiere experiencia en escalada técnica y buceo en cuevas, ya que partes de la ruta pasan por secciones inundadas. La cueva se encuentra en la Sierra Mazateca, donde el agua de lluvia se filtra a través de roca porosa y ha creado una red de túneles conectados.
Este árbol de ahuehuete se encuentra en Santa María del Tule y tiene más de 2000 años. El tronco mide 42 metros de circunferencia. La especie se conoce como ahuehuete o ciprés de Moctezuma y crece en zonas húmedas. El árbol está junto a la iglesia local en una pequeña plaza, donde lugareños y viajeros se detienen para verlo.
Este pueblo de montaña se encuentra a 2500 metros de altura, rodeado de bosques de niebla poblados de pinos y encinos nativos. San José del Pacífico ofrece senderos que recorren laderas húmedas donde la neblina se desliza entre las copas y el aire permanece fresco y limpio. El pueblo une el paisaje serrano de Oaxaca con formas tradicionales de vida, mientras los viajeros encuentran quietud y contacto directo con el entorno natural.
Este parque se encuentra en las montañas al este de la ciudad de Oaxaca y abarca laderas boscosas a más de 2000 metros sobre el nivel del mar. Los senderos atraviesan bosques de pinos y encinos donde habitan aves propias de esta altitud. El aire es más fresco que en el valle de abajo, y los árboles ofrecen sombra para las caminatas. Las comunidades locales cuidan las rutas y ofrecen alojamiento sencillo para los visitantes. En días despejados, los puntos más altos permiten ver los valles y las sierras que definen esta parte de la región.
Zapotitlán Salinas se asienta en un desierto donde crecen más de cincuenta especies de cactus. Esta zona tiene una larga historia de extracción de sal, y antiguas instalaciones para la producción salina aún pueden verse. El terreno seco forma un paisaje de superficies escasas y plantas dispersas adaptadas a condiciones extremas.
Este museo reúne tejidos de diferentes zonas de Oaxaca y muestra las herramientas y métodos que usan los artesanos locales. Las salas conservan técnicas de teñido que se remontan a siglos atrás y permiten comprender el trabajo diario de los tejedores. Telares antiguos conviven con tapices, prendas y telas que aún se fabrican en los pueblos.
Lambityeco conserva restos de palacios, templos y pinturas murales del siglo VIII de la civilización zapoteca. Este sitio arqueológico fue un importante centro de producción de sal y documenta la vida cotidiana mediante relieves murales que muestran gobernantes y deidades. Las excavaciones revelan complejos residenciales y estructuras ceremoniales que ofrecen comprensión sobre la organización social y prácticas religiosas de la época. El sitio se encuentra en el Valle de Tlacolula entre las montañas de la Sierra Madre.
Este pueblo de montaña en la Sierra Norte conserva edificios de la época colonial y casas de madera con techos de teja roja. Las calles pasan junto a talleres donde artesanos trabajan madera y metal. Senderos de caminata cruzan bosques de pino y conectan Capulálpam de Méndez con comunidades vecinas. El aire es fresco y huele a resina. Los habitantes cuidan sus huertos y parcelas en las laderas. La iglesia se levanta en el centro del pueblo. Las mañanas traen el canto de los pájaros y el eco de las voces entre las montañas.
Este pueblo cuenta con más de 115 destilerías dedicadas a la elaboración de mezcal. Santiago Matatlán produce más del 80 por ciento del mezcal de Oaxaca. Las destilerías utilizan métodos tradicionales para la cosecha y destilación del agave. Las calles atraviesan talleres y sitios de producción donde los corazones de agave se cuecen en hornos de tierra, se trituran a mano y luego se fermentan. El aroma del agave cocido llena el aire. Muchas operaciones familiares abren sus puertas a los visitantes que desean observar el proceso de elaboración y probar distintos tipos de mezcal.
San Pedro y San Pablo Ayutla se encuentra a 2000 metros de altura en la Sierra Mixe. Este pueblo mixe mantiene su lengua y tradiciones en la vida cotidiana y las prácticas comunitarias. Las mujeres tejen textiles con patrones geométricos en telares de cintura, una técnica transmitida a través de generaciones. La iglesia del siglo XVI se levanta en el centro y combina arquitectura colonial con elementos locales. Bosques de pinos rodean el pueblo, y el aire es fresco y limpio. Los mercados semanales reúnen a habitantes de caseríos cercanos, donde la gente intercambia maíz, frijoles y textiles hechos a mano. Las calles son tranquilas, y la vida sigue ciclos agrícolas y celebraciones religiosas.
Este sitio arqueológico fue un centro de los zapotecas, cuya arquitectura de piedra se distingue por mosaicos geométricos en muros y fachadas. El asentamiento se desarrolló entre los siglos I y IX y muestra la habilidad de sus constructores. Los bloques de piedra se unieron sin mortero y forman patrones repetitivos característicos de la región. Mitla se encuentra en un valle seco rodeado de cerros áridos. Hoy el sitio se levanta junto a un pequeño pueblo donde continúa la tejeduría tradicional. Puedes recorrer los patios y cámaras y observar de cerca la precisión del trabajo en piedra.
Mazunte se encuentra en la costa del Pacífico de Oaxaca y atrae a personas que buscan un pueblo de playa tranquilo con un ambiente natural. El pueblo alberga un centro de investigación y conservación de tortugas marinas que enseña a los visitantes sobre el trabajo que se realiza con estos animales. Las playas aquí son relativamente poco desarrolladas, bordeadas de rocas y vegetación. Muchos pequeños estudios de yoga han abierto en los últimos años, dando al lugar un carácter alternativo enfocado en la salud y la relajación. Las casas suelen ser sencillas y la vida diaria transcurre a un ritmo más lento que en los pueblos costeros más grandes de la región.
Este sitio arqueológico se encuentra en la cima de una montaña sobre el valle. Monte Albán fue un centro de la cultura zapoteca entre 500 a.C. y 850 d.C. En la gran plaza principal se levantan pirámides, templos y palacios de piedra. Hay un juego de pelota y tumbas con pinturas murales. Desde el sitio se ven las montañas alrededor. Los zapotecas construyeron terrazas aquí y observaban los astros. El sitio muestra jeroglíficos y relieves tallados.
Este pueblo serrano en la Sierra Madre del Sur se encuentra a 1300 metros de altura y produce café fino en las laderas. Las plantaciones se extienden por los cerros donde el clima y el suelo permiten madurar el grano. Se ven los cafetos creciendo bajo árboles de sombra. Los campesinos cosechan a mano y procesan las cerezas en pequeños talleres. El poblado conserva su modo de vida tradicional y las casas se dispersan a lo largo de los caminos sinuosos entre las parcelas.
Esta playa se extiende a lo largo de la costa del Pacífico y atrae a surfistas y viajeros que buscan un ambiente relajado. Las corrientes son fuertes y requieren precaución al nadar. Alojamientos sencillos y restaurantes bordean la orilla, donde los visitantes pueden descansar después de un día junto al mar. La arena es oscura y el océano muestra su fuerza en las olas que llegan a la costa. La zona mantiene un ritmo tranquilo, y muchas personas vienen aquí para alejarse de la rutina y pasar tiempo junto al agua.
Este sitio arqueológico del siglo XV se encuentra sobre un cerro cerca de Tehuantepec. La fortaleza fue construida por los zapotecas y tenía importancia militar. En el terreno hay restos de templos, construcciones habitacionales y estructuras defensivas. Desde la cima se observa el llano y las montañas lejanas. Los muros de piedra siguen la forma natural del terreno. Guiengola forma parte de los lugares en Oaxaca donde se muestran huellas de culturas prehispánicas, antes de que comenzara el periodo colonial español.
Esta cascada cae sobre una pared rocosa hacia una piscina natural donde los visitantes pueden nadar. La zona alrededor de la cascada está rodeada de plantas nativas adaptadas al clima húmedo, y diversas especies de aves utilizan los árboles para anidar y descansar durante sus migraciones a lo largo de la costa.
Este puerto pesquero en la costa del Pacífico se ha convertido en un destino para surfistas. Las playas atraen a personas que practican este deporte desde diferentes países. En el centro se alinean restaurantes y bares, mientras que la costa ofrece varias calas y tramos de arena. Los pescadores todavía traen su captura por las mañanas, y en los mercados se vende pescado fresco y productos locales. El entorno va desde orillas planas hasta acantilados rocosos.
Este parque costero en Oaxaca abarca bosques de manglar y lagunas poco profundas separadas del Pacífico por estrechas barras de arena. El área funciona como zona de reproducción para aves migratorias y refugio de cocodrilos. Los visitantes recorren los canales en kayak u observan garzas, pelícanos y fragatas entre las raíces de los manglares. Pescadores de las comunidades cercanas venden su captura fresca en la orilla, mientras las playas fuera de las lagunas invitan a nadar.
Este pueblo en las tierras altas del sur de Oaxaca es conocido por sus talleres donde los artesanos tallan y pintan alebrijes. Estas figuras de madera representan animales, seres míticos y criaturas fantásticas en colores brillantes. Las calles están llenas de pequeños talleres familiares donde los visitantes pueden ver a los artesanos trabajar. San Martín Tilcajete está vinculado a esta tradición desde hace generaciones y muchas familias transmiten sus técnicas de padres a hijos.
Estas minas proporcionaron al pueblo zapoteca pigmentos naturales para cerámica, tejidos y pinturas murales. Yagul Natural Paint Mines conservaron una tradición de extracción de color que se remonta a tiempos precolombinos. Las minas se sitúan cerca de sitios arqueológicos donde artesanos extraían minerales para tonos rojos, amarillos y ocres. El terreno aún muestra huellas del trabajo de extracción, con pequeñas oquedades y caras de roca desgastadas. Los visitantes pueden ver aquí la conexión directa entre paisaje y creación artística.
Esta iglesia del siglo XVI muestra tradiciones constructivas españolas e indígenas en su diseño. La fachada presenta una ornamentación rica que refleja la habilidad de los artesanos de aquel tiempo. La construcción pertenece a los edificios religiosos coloniales de Oaxaca, donde la arquitectura eclesiástica une a menudo tradiciones locales con formas europeas. En el interior se encuentran más testimonios de ese encuentro cultural.
Esta iglesia data del siglo XVI y se encuentra en el centro de Ocotlán, conservando arte religioso del periodo colonial. La iglesia funciona como lugar de reunión católico para la región. Justo enfrente se extiende una gran plaza de mercado que forma parte de la vida diaria del pueblo y suele llenarse de vendedores y visitantes los días de mercado. La conexión entre el espacio religioso y el mercado muestra cómo estos dos ámbitos suelen coexistir en las comunidades mexicanas.
Este asentamiento zapoteca data del periodo comprendido entre 600 y 800 d. C. El sitio está formado por plataformas y terrazas construidas en una ladera. Los relieves de piedra muestran figuras de jugadores de pelota y guerreros. Dos canchas para el juego de pelota ritual todavía son visibles. Dainzú se encuentra en un valle rodeado de montañas y campos. El conjunto es más pequeño que otras ruinas de la región, pero se siente tranquilo y abarcable. Los visitantes pueden caminar entre los muros antiguos y ver las figuras talladas de cerca.
Este pueblo es conocido por la elaboración de figuras de madera pintadas que se crean en muchos talleres pequeños. Los artesanos tallan animales y criaturas imaginarias en madera de copal y las pintan con colores vivos y patrones finos. Las familias suelen trabajar juntas y transmiten sus técnicas de generación en generación. Los visitantes pueden observar en los talleres cómo se moldean y pintan las figuras. Arrazola contribuye a la tradición artesanal de la región de Oaxaca y mantiene viva una antigua forma de arte popular.
Mogote fue un asentamiento zapoteco temprano ocupado entre 1500 y 400 a. C. El sitio conserva pirámides y estructuras en terrazas de este periodo. Estas ruinas se encuentran en una región conocida por sus sitios precolombinos y comunidades tradicionales. El terreno muestra las primeras fases constructivas de la cultura zapoteca, antes de que Monte Albán se convirtiera en la capital. Las pirámides se elevan sobre los campos circundantes y ofrecen una visión de los primeros centros urbanos de Oaxaca.
Este convento dominico del siglo XVI se levanta en un pueblo pequeño fuera de la ciudad de Oaxaca y muestra cómo la arquitectura colonial se mezcló con las tradiciones indígenas. Las paredes interiores aún conservan frescos del periodo fundacional, mientras que trabajos de madera tallada y techos pintados permanecen en las habitaciones. La fachada sencilla no revela mucho, pero dentro del convento se encuentran motivos que combinan símbolos cristianos con plantas y patrones locales. A menudo está tranquilo, con pocos visitantes que pasan por aquí. El edificio formó parte del esfuerzo de cristianización en esta región y pertenece a un grupo de monasterios dispersos entre montañas y valles. El lugar invita a caminar despacio por las salas y observar los detalles que artesanos dejaron hace siglos.
Esta iglesia combina elementos del Renacimiento europeo con técnicas constructivas locales del siglo XVI. La construcción contó con la participación de artesanos indígenas que aportaron sus conocimientos tradicionales al proyecto. La fachada muestra decoración en piedra tallada, mientras que el interior presenta bóvedas y un amplio salón principal. La iglesia se encuentra en un pueblo rodeado de campos agrícolas y ha sido el centro de la comunidad local durante siglos.
Estas cascadas fluyen por bosques de montaña en el norte de Oaxaca y forman varias caídas de agua rodeadas de árboles nativos y helechos. El área pertenece a un territorio comunitario zapoteco donde senderos atraviesan el bosque y permiten observar la vegetación y el agua corriente. Los caminos siguen los arroyos y ofrecen acceso a diferentes miradores desde donde se pueden ver las caídas de agua y el bosque circundante.